Un camino de ida

No quiero castillos ni una bóveda llena,
solo quiero un camino,
ni recto y sin muchos rodeos,
con un objetivo fijo pero a la vez un destino errante,
siempre con una melodía a mi lado,
conociendo y aprendiendo con el sol en el horizonte,
y descansando tirado en la hierba a la luz de la paz de las estrellas,
siempre hambriento y siempre inquieto,
con los ojos siempre bien abiertos,
no quiero perderme detalle de este viaje,
recorriéndolo siempre con una sonrisa y una hoja en mano,
feliz solo o aún más divertido con compañía,
me pregunto si verán los colores que aprecio,
y sentirán a su corazón latiendo,
o lo olvidarán como a una máquina que solo mantiene sus vidas,
y no como ese tesoro que los hace vivirla.

No se dejen engañar gente, lo que normalmente uno ve, es simplemente superficial, por suerte para ver el verdadero sentido de las cosas, hay que apreciarlo observando el cambio, para la vida es lo mismo, lo superficial, no es lo esencial, la vida y su belleza está en los detalles.