Te veo radiante como el sol de tarde,
paraliza mis sentidos tu presencia.
Me consumo entero, mi corazón arde
del tiempo vivido con tu ausencia.

Solo un instante en que tu verde nave
me permite a velocidad de un rayo
admirarte después de años sin llave
para entrar al corazón que no hallo.

Tu piel morena deja el rastro interno
en mi memoria las caricias muertas
de aquel amor adolescente eterno
que por los celos ha cerrado puertas.

Estaré aquí en la calle esperando
a tu verde nave, deslice el pavimento
para verte nuevamente y soñando
que es por mi, éste movimiento.

Eres Ana, no volteas a verme, muda
en espectro solitario te conduces,
a tu hogar con otro amas desnuda.
Lanzándome en acantilado a bruces.

Los días pasan y los meses pesan.
Eres Ana, y ya no te apareces,
a sentir el tacto, los labios que besan
en el sueño loco que no te mereces.
Autor: Martín Guevara Treviño

Licencia

Creative Commons License
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.
Based on a work at el-libro-de-los-desprecios.blogspot.com.

Cuenta cuenteros